Tania Franco Klein (27) comenzó su praxis fotográfica mientras obtenía su licenciatura en Arquitectura en la Ciudad de México, lo que la llevó a realizar su Maestría en Fotografía en la Universidad de las Artes de Londres. Su trabajo ha sido revisado por críticos internacionales como ARTFORUM, CNN, LA Times, ID Magazine, The Guardian, The Paris Review, Aperture Foundation, The British Journal of Photography, y comisionado por clientes como The New Yorker, FT. weekend, New York Magazine y Dior.
Su obra se ha exhibido tanto en exposiciones individuales como colectivas en Europa, Estados Unidos y México, incluyendo lugares prestigiosos como Somerset House London, Thessaloniki Museum of Photography y Aperture Gallery en Nueva York. Su última exposición Proceed to The Route, que mostró una amplia selección de sus dos últimas series, fue presentada por ROSEGALLERY y recibió críticas entusiastas tanto en su ciudad natal de México (2019) como en Los Ángeles (2020).
Fue seleccionada por W Mag como una de los 9 fotógrafos a seguir y ha obtenido los Sony World Photography Awards en dos años consecutivos, The Lensculture Exposure Awards, Lensculture Storytelling Awards, The Felix Schoeller Photo Award of Germany Nominee, FOAM Paul Huf Award nominada y recientemente recibió el premio Photo London Artproof Schliemann como la mejor artista emergente durante la feria Photo London 2018.
Tania Franco Klein es una de las fotógrafas mexicanas contemporáneas considerada referente de la luz y el color, por el carácter cinematográfico que posee su obra. Partiendo de una estética similar a la de David Lynch, sus imágenes nacen del recuerdo de una época de extrema ansiedad y desconcierto por el futuro (el existencialismo de nuestros tiempos), y esto lo refleja combinando acercamientos y paisajes en una exposición conmovedora y nostálgica.
Muchas de sus fotografías representan figuras femeninas que parecen perdidas en la inmensidad de un paisaje inhóspito o en un momento de contemplación. Se pueden considerar como autorretratos llenos de nostalgia pero sin un hilo conductor más que el aislamiento de la mujer ensimismada en una sociedad del cansancio y la opresión. Se percibe una tensión, tal vez una amenaza, pero no nos queda claro si el momento climático de la acción ya ha tenido lugar o no.
Al mostrar interés por espacios, personajes y tiempos ambiguos, Klein nos dice: "Mi mundo es más< psicológico, emocional e íntimo"; "No estoy tratando de crear una historia". En su obra no hay comienzos ni finales, ni un único hilo narrativo, pero todas las escenas existen a la vez para que los espectadores las desentrañen. No hay escape real en su trabajo, no hay consuelo en la belleza de la tierra. Sus interiores "son emocionalmente claustrofóbicos", pero sus protagonistas exteriores encuentran poco respiro: están "atrapados en estos paisajes áridos". En estos no lugares, la gente renuncia a su identidad en lugares donde el único punto es simplemente pasar.